Una vez hubo un anciano que vivía en una pequeña aldea en Okinawa, Japón. El anciano era muy feliz y siempre parecía estar ocupado. Cuando la gente le preguntaba qué hacía para mantenerse tan feliz, el anciano les respondía que tenía un ikigai.
El ikigai del anciano era hacer cerámica. Le encantaba trabajar con las manos y crear cosas hermosas. También era muy bueno en ello y sus piezas eran muy apreciadas por los demás. Además, el anciano sentía que su trabajo era importante, ya que ayudaba a las personas a decorar sus hogares y a crear recuerdos duraderos.
El anciano vivía una vida simple, pero era muy feliz. Se levantaba temprano cada mañana y trabajaba en su taller hasta el anochecer. Disfrutaba de su trabajo y de las personas con las que interactuaba. También tenía tiempo para pasar con su familia y amigos.
El anciano murió a una edad muy avanzada, pero murió feliz. Había encontrado su ikigai y había vivido una vida plena y significativa.
Ikigai es una palabra japonesa que no tiene una traducción literal al español, pero su significado se refiere a "la razón de ser" o "la razón de vivir". Es un concepto profundo y arraigado en la cultura japonesa, especialmente en la isla de Okinawa, conocida por tener una de las poblaciones más longevas del mundo. El ikigai es una especie de combinación entre cuatro elementos clave:
- Lo que amas: Representa tus pasiones, aquellas actividades que te hacen sentir realizado y que disfrutas hacer sin importar las recompensas externas.
- Lo que eres bueno haciendo: Se refiere a tus habilidades, talentos y aptitudes. Son esas capacidades innatas o adquiridas a lo largo del tiempo que te destacan en ciertas áreas.
- Lo que el mundo necesita: Este aspecto tiene que ver con el propósito de contribuir y hacer una diferencia positiva en la vida de los demás, de la sociedad o incluso del mundo en general.
- Lo que puedes ser recompensado por: Es el aspecto pragmático del ikigai, relacionado con la obtención de recursos que permitan tu sustento y bienestar.
Hay muchas maneras de encontrar tu ikigai. Una forma es hacer una lista de las cosas que te apasionan, en las que eres bueno y por las que te pagarían. Una vez que tengas una lista, puedes empezar a buscar formas de combinar estas cosas en una sola actividad. Por ejemplo, si te apasiona ayudar a los demás, eres bueno escuchando y te pagarían como terapeuta, entonces tu ikigai podría ser ser terapeuta.
Otra forma de encontrar tu ikigai es pensar en las cosas que te hacen feliz. ¿Cuáles son las actividades que te hacen perder la noción del tiempo? ¿Cuáles son las actividades que te hacen sentir realizado? Cuando encuentres cosas que te hacen feliz, es probable que estés cerca de encontrar tu ikigai.
Encontrar tu ikigai no es siempre fácil, pero es una búsqueda que vale la pena.
Aquí hay algunos consejos para encontrar tu ikigai:
- Sé honesto contigo mismo sobre lo que te apasiona, lo que eres bueno haciendo, lo que el mundo necesita y por lo que te pagarían.
- No tengas miedo de experimentar y probar cosas nuevas.
- No te rindas si no encuentras tu ikigai de inmediato. Sigue buscando y eventualmente lo encontrarás.
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